¿Tu hijo no duerme bien por las noches?
En la Clínica OTOSALUD SUEÑO buscaremos la causa por la que tu hijo duerme mal. En ocasiones pueden ser hábitos incorrectos o alteraciones médicas
¿Cuáles pueden ser las causas de que tu hijo no pueda dormir?
Afecta al 20%-30% de la población infantil hasta la edad preescolar, y se caracteriza por la dificultad para conciliar el sueño y/o despertares nocturnos frecuentes con incapacidad para dormirse sin la ayuda de los padres. Se presenta también en forma de resistencia del niño a acostarse por la noche a la hora estipulada.
La etiología del problema se puede deber a diferentes causas tanto biológicas, médicas, circadianas, de neurodesarrollo, conductuales y existen distintos factores que deben ser analizados para llegar a un diagnóstico preciso. El impacto en el niño es severo a nivel anímico, cognitivo, conductual, de salud y en su calidad de vida. Además provoca alteraciones severas sobre la calidad de vida de los padres.
El problema puede cronificarse de no implementar a tiempo un tratamiento adecuado.
El tratamiento en el Insomnio Infantil tendrá relación con la causa que lo provoca y puede responder a causas médicas (intolerancias alimentarias, reflujo gastroesofágico, dolor,…), alteraciones del sueño (apneas, …) o psicológicas (trastornos de ansiedad, miedos,…).
El tratamiento del Insomnio Infantil por Hábitos Incorrectos se basa en las terapias conductuales, fundamentadas en la psicología del comportamiento.
En general podemos encontrar 3 grandes grupos diferenciados por edades de niños con insomnio.
Entre 6 meses y 5 años, las pautas de conducta se enseñan a los padres para que éstos las apliquen a sus hijos y se basan principalmente en técnicas de “extinción”.
En pacientes entre 6 y 12 años es necesaria la colaboración directa del niño y las estrategias terapéuticas (no farmacológicas) giran en torno al refuerzo positivo, las técnicas de distracción y la intención paradójica.
En el grupo de adolescentes se debe prestar especial atención a las alteraciones de ritmo circadiano y habrá que estar atentos a trastornos de ansiedad y/o del estado anímico.
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Los TERRORES NOCTURNOS suele pasar en niños de 2 a 3 años ocurren durante la primera mitad de la noche, durante el sueño profundo. Se manifiesta por llanto brusco del niño, con una expresión de miedo intenso en la cara y sudor frío. El niño está profundamente dormido y es muy difícil despertar al niño. Ceden espontáneamente al llegar a la adolescencia
A diferencia de los terrores se producen en la segunda mitad de la noche, en la fase REM y el niño explica claramente que es lo que ha soñado y le ha despertado. Suelen durar unas semanas y están relacionados con algún problema externo. Conforme se va solucionando el problema externo los episodios también disminuyen en intensidad y frecuencia. Ceden espontáneamente antes de la adolescencia y si no ceden debería descartarse algún proceso psicopatologico.
También se le conoce como el chirriar de los dientes y es un fenómeno frecuente en los niños durante el sueño. Se produce por una contractura excesiva de los maxilares que incluso puede provocar alteraciones en las piezas dentales cuestión que se puede solucionar con una férula dental. No está asociado a ninguna fase de sueño en especial ni se asocia a ninguna actividad mental específica.
Es muy frecuente y no tiene importancia clínica. Se presenta durante la madrugada. Se manifiesta con sonidos verbales con incongruentes y suelen estar ligados a ensueños. Pueden ser gritos, llanto, risa o comentarios sin importancia. Suelen ser palabras aisladas o frases muy cortas, que el niño no recuerda al día siguiente. En adolescentes jóvenes son expresiones más extensas y pueden llegar a ser verdaderos discursos en cualquier momento de la noche y no entrañan ninguna patología específica. Raramente se despiertan a sí mismos. No existe un tratamiento específico que haga desaparecer al fenómeno. En estados febriles pueden ser más evidentes. Son muy típicos cuando el niño inicia la guardería o la escuela.
Es la repetición automática de conductas aprendidas durante los períodos de vigilia, durante el sueño. El niño está profundamente dormido cuando sucede el episodio. Tienen lugar después de dormir 3-4 horas o antes. Es muy difícil despertarle porque está profundamente dormido y se aconseja evitarlo para no provocarle una situación de ansiedad.
Algunos niños efectúan Movimientos de auto-mecimiento para conciliar el sueño. Suelen iniciarse hacia los 9 meses y raramente persisten más allá de los dos años. Consisten en movimientos que realizan con la cabeza o con todo el cuerpo hasta que consiguen dormirse y que pueden acompañarse con algunos sonidos. Los movimientos más habituales son golpes con la cabeza sobre la almohada o balanceo de todo el cuerpo estando el niño en posición de decúbito prono. Algunos niños pueden producirse rozaduras sobretodo en la barbilla. Normalmente desaparecen espontáneamente antes de la adolescencia. Se ven en niños normales pero mucho más frecuentemente en niños con retraso mental o autismo. El diagnostico se realiza mediante la clínica contada por los padres y raramente utilizaremos la polisomnografía. Generalmente no se precisa tratamiento específico y es importante calmar a los padres. Solo si persiste más allá de los 5 años deberá ser valorado neurológica y psiquiátricamente.
¿Cómo lo haremos?
Mediante una exhaustiva entrevista con el médico especialista buscará cuáles son los problemas relacionados con el sueño y mediante una serie de pruebas que nos ayudarán a encontrar la solución al problema.
¿Qué pruebas podemos necesitar para saber la causa?
- Estudio del sueño nocturno (polisomnografia) que se realizará en la clínica
- Estudio con sensores de acetimetría (Cronobiología)
- Analíticas
- Escalas y test psicométricos
¿Qué tratamientos podrían ayudarte?
Dependiendo de la causa los tratamientos podrían ser
- Cuando la causa es médica hay que solucionarla con el tratamiento adecuado.
- Medidas conductuales. Enseñar hábitos y rutinas correctos para que los padres los puedan aplicar.
- Cronoterapia
- Luminoterapia
- Medidas y normas conductuales