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¿Qué es la Otoplastia?

La otoplastia es la técnica utilizada para el reposicionamiento  de las orejas separadas o en soplillo, por falta de pliegue y/o exceso de concha.  Es un tratamiento muy sencillo, con resultados totalmente naturales que recoloca las orejas a una posición más aproximada a la cabeza.

Las orejas prominentes o en “soplillo” pueden causar graves problemas de relación y autoestima desde la infancia haciendo a las personas que lo padecen adoptar diferentes estrategias para camuflar su defecto, como llevar el pelo largo, evitar el uso de coletas o evitar mojarse el pelo en público.

Se puede  realizar  en niños con edades comprendidas entre los 4  y los 14 años, y  en adultos de cualquier edad.

No solo sirve para  las orejas en soplillo, si no para cualquier deformidad que altere la forma normal del pabellón auricular. Incluso pueden ser candidatos aquellas personas  que  tras un accidente o tumor tengan una mutilación de parte del pabellón y precisen una reconstrucción.

En  muchos  casos la  deformidad en soplillo suele estar en una de las ojeras, se operan las dos con el fin de buscar la mejor simetría posible.

¿Cómo se hace la Otoplastia?

El resultado definitivo se valora a partir de los tres meses de la realización de la otoplastia pero habrá cambios notables de inmediato.

Una vez operado se coloca un vendaje alrededor de la cabeza nada más finalizar la cirugía y que deberá llevar 3  días. Después, al menos durante un mes,  deberá llevar una banda elástica parecida a las bandas de pelo  que deberá usarse por las noches, para evitar doblar las orejas de manera involuntaria. Las orejas pueden doler los primeros días, pero se alivia fácilmente con medicación.

Debe evitarse durante el primer mes cualquier actividad en la que puedan doblarse las orejas.

La mayoría de los adultos vuelven al trabajo a los 5-7 días de la cirugía; los niños vuelven al colegio en unos 7-10  días, siempre y cuando tengan cuidado con las actividades físicas.

Rara vez es necesario un retoque y las complicaciones, ya sean cutáneas o del cartílago, son excepcionales.

¿Cómo es el postoperatorio?

Normalmente en tres días puede hacer sus tareas domesticas habituales. Pasados 8 a 10 días podrá incorporarse a su vida laboral. En unas tres a cuatro semanas estará completamente recuperado para hacer una vida normal.

Los primeros días suelen cursar con la cara hinchada, algún hematoma (que suelen aumentar durante los 2  a 3 días siguientes), dolor de cabeza y obstrucción nasal, lo cual es  habitual y no es preocupante dado que con total seguridad con el paso de los días tu cara estará cada vez mejor y con ella también tu estado de ánimo. A partir de los treinta días se pueden empezar a ser visibles los resultados finales de la operación.