Para la sequedad de boca deben evitarse, en la medida de lo posible, los fármacos que disminuyan la producción de saliva. Debido a su mayor riesgo de caries dental, los afectados por sequedad de boca deben cepillarse los dientes y usar hilo dental con regularidad, utilizar enjuagues con fluoruro y programar visitas e higienes bucales con su dentista con más frecuencia de lo habitual (cada 3 o 4 meses). Algunos dentistas recomiendan la utilización, durante la noche, de fundas dentales de plástico que contengan fluoruro. A veces, los fármacos que aumentan la producción de saliva, como la cevimelina y la pilocarpina, ayudan a aliviar los síntomas. Es posible que estos medicamentos no resulten útiles si las glándulas salivales se han dañado por radiación.
Para los cálculos salivales pueden tomarse calmantes para el dolor (analgésicos), beber abundante líquido, masajear las glándulas, aplicar compresas calientes y desencadenar el flujo de saliva con limón en zumo o en rodajas, caramelos ácidos o una combinación de ellos. Si el cálculo salival no sale por sí solo, el odontólogo puede extraerlo presionando ambos lados del conducto. Si esto falla, intentará desalojarlo con un instrumento similar a un alambre fino. Como último recurso, el cálculo puede extirparse mediante cirugía.
Para la infección de las glándulas salivales se administran antibióticos y se recomienda a la persona que se masajee las glándulas afectadas y les aplique compresas tibias. Un absceso salival debe abrirse y drenarse.
El tratamiento de la hinchazón de las glándulas salivales varía en función de la causa. Un mucocele que no desaparezca por sí solo puede extirparse mediante cirugía si resulta molesto. De igual modo, los tumores de las glándulas salivales, tanto cancerosos como no cancerosos, por lo general pueden extirparse quirúrgicamente.




